La condena a cinco años de casa por cárcel, con permiso para trabajar de 8:00 a.m. a 6:00 p.m., por tráfico de alucinógenos al exfutbolista Diego Osorio, además de causar revuelo entre la comunidad por tratarse de alguien que fue ídolo del fútbol, deja como interrogante porqué personas de su rango incurren en conductas delictivas si, aparentemente, gozan de estatus social y solidez económica.
Osorio recibió su condena de parte un juez de Rionegro, que lo halló culpable del delito de fabricación y comercialización de estupefacientes, hecho por el que fue capturado el 12 de octubre de 2016 cuando pretendía viajar a Madrid, España, con un 1,1 kilo de clorhidrato de cocaína. A su pena se suma otra que le impuso en 2002 un juzgado Miami, Estados Unidos, por intentar distribuir 35 kilos de cocaína por los que ganaría 10.000 dólares. En esa ocasión, el exjugador de Santa Fe, Nacional, Medellín y la Selección Colombia, quedó en libertad bajo fianza. Por ser reincidente, muchos ciudadanos ven irrisoria la pena impuesta a Osorio.
Inversión de valores
Más allá del castigo penal, queda la reflexión sobre su actuar. Gonzalo Medina Pérez, periodista de la Universidad de Antioquia, investigador del deporte y profesor universitario, afirma que Osorio es hijo de la cultura paisa, “diferente a la antioqueña”, que responde a una concepción moderna de la sociedad y del progreso.
“La cultura paisa tiene que ver con el fin en sí de hacer dinero por encima de cualquier consideración ética o moral, aquella que pregona que el fin justifica los medios”, dice.
Expone que el deporte, en las últimas décadas, “ha sido escenario de encuentro de la cultura paisa y la cultura mafiosa, cada vez más similares, y Osorio es hijo de su origen”.
Señala que el poder del narcotráfico, además de permear la política y la economía, también lo hizo con el fútbol y otros deportes y desató fenómenos como el paramilitarismo, la parapolítica y el lavado de dineros ilegales: “el narcotráfico encontró terreno abonado en una cultura huérfana de valores éticos, cuya consigna es conseguir dinero, fama, mujeres y poder, sin tener que trabajar ni esforzarse mucho”.
Tras ser capturado con la cocaína, Osorio dijo: “Estoy respondiendo por una deuda”.
El coronel Giovanny Buitrago, comandante (e) de la Policía Antioquia al momento del arresto, indicó que la institución cuenta con perfiladores especializados que notan comportamientos extraños en las personas, “y uno de ellos fue quien detectó a Osorio” .
Fuente: El Colombiano