Uno de los pueblos patrimonio de Colombia, Jericó, se enfrenta por estos días a un debate que mueve todas las fibras: la posibilidad de que entre sus montañas, tradicionalmente dedicadas a la siembra de café, cítricos, aguacates y el pastoreo de animales, surja una mina de cobre.
La empresa sudafricana AngloGold Ashanti tiene vigente un título de exploración que le permitió hacer 81 perforaciones y en una de ellas hallaron un yacimiento denominado Nuevo Chaquiro donde, según cálculos de la propia empresa, hay 4,91 millones de toneladas de concentrado de cobre; 6,13 millones de onzas de oro; 85,1 millones de onzas de plata y 70,08 kilotones de molibdeno.
Ana María Gómez, vicepresidenta de Asuntos Corporativos de la minera, explicó que antes de que finalice el primer semestre del año radicarán ante la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales, Anla, la solicitud de la licencia para explotar 471 hectáreas de terreno de su propiedad en las veredas Cauca y Quebradona del corregimiento de Palocabildo.
“Entre 2010 y 2018 en Minera de Cobre Quebradona se han invertido 89 millones de dólares. Nuestra propuesta es generar valor compartido para la comunidad, la compañía y las instituciones públicas, con el compromiso de que el sitio esté mejor con el proyecto de lo que estaba antes”, dijo la ejecutiva que se abstuvo de revelar los cálculos de las ganancias que les generaría la actividad minera, hasta que no tengan la licencia, argumentando que los precios del metal varían y que, además, la empresa está listada en bolsa de valores.
Y aunque cuentan con la declaratoria de Proyecto de Interés Nacional hecha por el Gobierno Nacional en 2015, la iniciativa no es bien vista por varios sectores del municipio. El pasado 12 de abril se realizó en el teatro municipal una audiencia pública convocada por la Comisión Quinta de la Cámara de Representantes. En promedio, dos tercios de los asistentes a la audiencia estaba en contra del proyecto y más del 70 % de los que intervinieron rechazaron la explotación de metales aduciendo riesgos ambientales y sociales.
Allí uno de los asistentes leyó en voz alta un aparte del discurso que, cuentan, dio don Santiago Santamaría cuando se fundó el pueblo. “Vosotros no sois ni podréis ser mineros ni mazamorreros ni guaqueros, sino colonos. Los que quieran dedicarse al azaroso oficio de la minería pueden seguir hacia el sur, que allá sí hay minas. Dormid en el pueblo, si queréis, pero mañana mismo tomad vuestro camino de espejismos”.
El párrafo aparece en la página 177 del libro La Oculta (Abad Faciolince, 2014) y en el pueblo goza de credibilidad, aunque hay quienes también lo controvierten: “Para mí esa historia es pura fantasía”, dijo un empleado de la minera que pidió no ser citado con nombre propio.
Lo que se hará
Pablo Luis Noriega, gerente de Geología del proyecto Minera de Cobre Quebradona —como fue bautizado por AngloGold—, explicó que esta será una mina subterránea que operaría durante 21 años en dos zonas del municipio: la vereda Quebradona, donde está el depósito mineral y la vereda Cauca, en la que se construiría la planta de producción.
“El depósito está 400 metros debajo del suelo y se extiende unos 600 metros más. Está en unos lotes que ya son de la empresa y que antes eran una plantación de pinos, por lo que no hay afectación del bosque de la zona”, dijo.
La empresa planea, según sus voceros, construir un sistema de túneles de 6 kilómetros de longitud (1,4 kilómetros menos que el túnel de Occidente) para ingresar maquinaria y extraer el mineral. Dentro de esos túneles, además, tendrían un primer punto de molienda, con el que disminuirían el tamaño de las rocas que luego saldrían hasta la planta en volquetas.
La otra molienda, la flotación de materiales y el tratamiento del sobrante se haría dentro de la planta, de la que saldría un contenedor de 30 toneladas cada hora, de acuerdo con los cálculos divulgados en la audiencia por Juan Camilo Quintero, gerente de Asuntos Corporativos de AngloGold.
Sin embargo, el procedimiento genera dudas entre los pobladores. El geólogo Fabián Hoyos aseguró que la mina Quebradona dejaría una caverna cuya base sería más grande que el área urbana de Jericó, y que “al quitarle el soporte al suelo se hundiría generando un enorme cráter de 300 hectáreas”.
Ana María Gómez reconoció que la extracción de material generará un hundimiento del terreno en la parte superior (Quebradona) que tendría un radio de un kilómetro. “Es un cono de subsidencia que se formaría de manera gradual. Del kilómetro que podría tener, apenas el 40 o 50 % del radio se hunde”, dijo.
Noriega, el gerente de Geología, informó que esa zona sería revegetalizada pero no quedaría apta para habitar, sembrar o desarrollar ninguna otra actividad.
Lo ambiental
Otra de las dudas que persisten es el uso del agua, según Fernando Jaramillo, representante de la Mesa Ambiental de Jericó.
La empresa minera aclaró que tendrá un consumo máximo de 0,5 metros cúbicos de agua por segundo (m3/s), que serán tomados del río Cauca. “Eso es menos del 1 % del caudal y recircularemos el 80 % del agua. La restante será tratada y devuelta en condiciones óptimas”, dijo Gómez.
El geólogo Julio Fierro le pidió a AngloGold que aclare si la actividad minera dejará 120 millones de toneladas de desechos mineros para siempre en el territorio.
Gómez dijo que en el proceso de metales no van a usar mercurio ni cianuro, sino resinas de pino que permitirán separar el concentrado de metales (mezcla de cobre, oro, plata y molibdeno) que es su producto de exportación. “Eso no genera contaminación. Lo que quedará, si es que queda porque estamos buscando nuevos usos para eso, son unas arenas secas, con humedad no superior al 15 %. Por eso no habrá piscina de relaves sino un depósito que tiene forma como de canales de siembra, con sistema de desagüe y monitoreo para mitigar riesgos”, declaró.
Los números en juego
Según AngloGold Ashanti, el proyecto da hoy empleo a 220 personas. Si se aprueba la licencia (ver Para saber más), tendrán tres años para construir los túneles (con proyección de 2.200 empleos) y 21 años para operar (500 a 700 empleos estimados).
Si obtienen la licencia, la empresa apuntará a ser la primera en exportaciones de Antioquia, la tercera consumidora de energía del país y hasta propuso construir una catedral subterránea en honor a la santa Madre Laura, simulando el santuario de la mina de sal de Zipaquirá, Cundinamarca.
Las regalías estimadas están en 17 a 22 millones de dólares en la fase de operación, además de entre 67 y 84 millones de dólares en pago de impuesto de renta y 200 a 300 mil dólares anuales de predial.
“Con eso el Municipio doblará su prespuesto de libre inversión”, dijo la vicepresidenta de Asuntos Corporativos de AngloGold.
El alcalde de Jericó Jorge Pérez Hernández dijo que el dinero no es la solución a todos los problemas. “¿Cuánto no han recibido Segovia y Remedios por regalías, y usted va a ver y tienen muchos problemas sociales?”.
Dora Hincapié, una campesina del municipio, consideró que, contrario al progreso, la actividad minera traerá problemas para los agricultores y afectará el turismo, una actividad económica que ha ganado peso en los últimos años.
Fuente: El Colombiano