Con la excusa de luchar por la defensa de la minería ancestral y tradicional, la llamada Mesa Minera de los municipios de Segovia y Remedios organizó y celebró una marcha-velatón el sábado 4 de mayo.
Por David Cardona
El evento, en el que también reclamaron por supuestas intervenciones de entables y compra-venta de oro, sirvió para demostrar el poder de engaño de esa asociación e imponer la explotación ilegal de oro como operaciones ejecutadas a derecho.
Y es que detrás de los llamados a “marchas pacíficas” y plantones, la Mesa Minera esconde su verdadero propósito, proclamar la explotación ilegal de oro como un práctica común que no requiere de legislación alguna.
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De hecho, después del paro de 42 días de 2017, cuando sus voceros se comprometieron a cumplir con un proceso de formalización para sacar la actividad del terreno ilícito, son pocos apegados a la normativa.
Su expresidente, Eliober Castañeda, pasó de ser un férreo defensor de los derechos de los mineros ancestrales a precandidato a la alcaldía de Segovia. Cambió su supuesta inclinación hacia la defensa de la actividad tradicional por un puesto en el Gobierno.
Más irregularidades, a pesar de la marcha-velatón
Pese a que la Mesa Minera celebró un velatón para presentarse como una organización apegada a la legalidad, sus miembros no permiten que los titulares legítimos de las minas en Segovia ejerzan la explotación del oro.
Tres casos los demuestran. La renuncia a desalojar las minas Las Mellizas y La Cancha, a finales de 2018 y marzo de 2019, son 2 escenarios de su intransigencia. El tercero son las 199 minas invadidas solo en Segovia y que corresponden a la empresa Gran Colombia Gold.
Ante eso, el actual jefe de la Mesa Minera, Jaime Alonso Galló, sostiene que los trabajadores informales del sector tienen más derechos que la multinacional a operar en esas unidades mineras, así no tengan aval de la Secretaría de Minas del Departamento.
