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Los efectos del Túnel de Occidente en viviendas cercanas

En la vereda La Cuchilla, del corregimiento San Cristóbal, la comunidad afirma que desde hace unos seis meses, en los terrenos y en algunas viviendas han aparecido grietas en algunas estructuras y han ocurrido deslizamientos que han afectado cultivos y tumbado árboles.

La vereda está ubicada al costado sur del Túnel de Occidente, donde actualmente se construye el segundo túnel de descenso a Medellín, incluido en las obras de la Autopista Mar 1.

Desde la casa de Juan Carlos Velásquez Pérez, la más afectada y ubicada en una colina a unos 300 metros de la boca del túnel, se aprecia esta obra que mejorará la movilidad entre Medellín y las regiones de Occidente y Urabá.

Esta vivienda, de dos plantas, presenta ranuras en el piso, que se ve hundido y en varias partes del terreno alrededor también hay grietas y fisuras. “Ese deslizamiento arrastró cultivos y árboles”, dice Juan Carlos, que tiene la montaña cubierta con plásticos para evitar filtraciones de agua y nuevos deslizamientos.

Su esposa, Katherine García, dice que todo empezó a raíz de la construcción del nuevo túnel, pues, a su juicio y el de algunos miembros de la comunidad, las explosiones son las que están causando los agrietamientos.

“Esta zona nunca había presentado estos problemas, y desde diciembre, más o menos, cuando empezaron a hacer explosiones, se empezó a notar el problema. Las hacen después de las 12.00 de la noche o en la madrugada, a veces hasta dos por día y la vibración se siente 3 o 4 segundos después”, sostiene.

Y afirma que el problema no es solo de su vivienda sino que ya afecta a cerca de 25 predios del sector, como lo corroboran otros vecinos.

Visitas de inspección

Ante la magnitud del problema, Juan Carlos, a nombre propio y con el respaldo de cerca de 40 firmas de vecinos del sector, interpuso un derecho de petición ante Devimar este año, el concesionario del proyecto Autopista Mar 1, para que hiciera una investigación, acompañamiento y monitoreo al sector afectado para determinar con precisión las causas y posibles riesgos del fenómeno que se viene presentando, como también de las acciones de solución.

Devimar, con fecha del 30 de mayo, ya había realizado una visita el lugar y dejó un acta con la constancia de que, en efecto, hay agrietamientos y el deslizamiento, pero añade que, “estos ya se encontraban con anterioridad en el acta de vecindad”.

Berenice Cardona, vecina de los esposos Juan Carlos y Katherine, dice que también está afectada por el mismo problema. “Llevamos 45 años por acá y jamás habíamos tenido inestabilidad con los terrenos. Mi casa tiene grietas en los muros”, afirma y también culpa del problema a las voladuras del túnel.

Ella afirma llevar en un cuaderno el registro de las 15 explosiones realizadas desde el 11 hasta el 25 de junio.

El predio de Diego León Cano, ubicado en la parte superior del de Juan Carlos, también tiene grietas y sufrió deslizamiento en un sector del terreno. Sostiene que lleva 53 años allí y es la primera vez que sufre esta situación.

“El problema se empezó a notar desde abril y mayo con más fuerza; es obvio que esas explosiones mueven la tierra”, advierte.

Responde la concesión

La concesionaria Desarrollo Vial al Mar, Devimar, respondió que luego de realizar los estudios técnicos en la zona, con instrumentación hidrogeológica y topográfica, se pudo concluir que las grietas y los movimientos superficiales de los predios están asociados principalmente a procesos naturales.

“El deterioro de los terrenos no tiene relación con la ejecución de las obras”, resumió la empresa al añadir que las voladuras que ejecutan no superan las normas internacionales.

Esto, bajo los argumentos de que los estudios realizados por diferentes expertos para Devimar arrojaron que la zona donde están ubicadas las viviendas tiene problemas como quebradas existentes ubicadas en formaciones jóvenes, casos de manejo irregular de aguas de escorrentía, sistema constructivo de viviendas que incumplen el patrón de buenas prácticas y disposición de los terrenos para cultivos, lo que favorece la erosión. Sin embargo, la empresa prometió continuar con el monitoreo y el control de movimientos de ladera en zonas aledañas al proyecto para acompañar a la comunidad vecina.

Dagrd ordena evacuar

El Dagrd, por su parte, en una primera visita al lugar el 30 de mayo, ordenó la evacuación temporal del inmueble de Juan Carlos “hasta que se garantice la estabilidad del talud y la vivienda”. También le sugirió construir una obra de contención con filtros que eviten la evolución del movimiento en masa y sirvan para captar, conducir y drenar el agua filtrada.

El organismo explicó que no le corresponde llevar a cabo estudios, sino ser veedor de una situación en la que exista riesgo para la comunidad. Además, señaló que en todo caso la responsabilidad de hacer un análisis de las causas de las grietas le correspondería al ente ejecutor.

La entidad le recomendó a la comunidad no sembrar plátano sino plantas y pastos que amarren el terreno y pidió a las secretarías de Desarrollo Económico y de Inclusión que acompañen este proceso.

En una segunda visita realizada el pasado 5 de junio, el organismo de gestión de riesgo ordenó evacuar temporalmente otra vivienda y canalizar las aguas lluvias hacia las redes de acueducto o a cunetas impermeabilizadas para evitar infiltraciones en los terrenos.

Nelson Ortiz, presidente de la Junta de Acción Comunal (JAC) de La Cuchilla, afirma que ha buscado apoyo en la alcaldía para que destine recursos para este problema, pero aún no hay respuesta.

Fuente: El Colombiano