No ganó el exprecandidato a la Alcaldía de Segovia, Eliober Castañeda, porque se retiró de la campaña al catalogarse -él mismo- como poco capacitado para entrar en la carrera electoral.
Pero quien sí llegó al cargo fue su sucesor en el proceso de campaña, Didier Osorio, quien se plantó en la búsqueda del puesto como su sustituto en la representación de la Mesa Minera.
Obtuvo el premio, triunfó en las elecciones y eso daría paso a la peligrosa injerencia de la Mesa Minera sobre las decisiones de la administración municipal.
Desde que Castañeda inició su camino hacia la Alcaldía, tuvo como principal objetivo darle poder a esa asociación para afianzar la minería ilegal.
Y es que en el último año, los órganos de justicia fueron tras la explotación ilícita de yacimientos en Segovia, con órdenes de desalojo de invasiones.
También hubo detención de figuras reconocidas en el mundo de la minera ilegal, como el Edwin Castañeda, primo de Eliober, y quien permanece en prisión domiciliaria por manejo de explosivos y cercanía con el Clan del Golfo.
A saber de esa relación cercana entre la Mesa Minera y los grupos violentos del nordeste antioqueño, la alianza con Osorio no se freno.
Tampoco hubo objeciones desde los partidos Alianza Verde y Polo Alternativo Democrático, las principales fuerzas que apoyaron esa candidatura inscrita por firmas.
Bajo esa perspectiva, cabe preguntarse: ¿llegaron al poder la Mesa Minera y la explotación ilegal en Segovia? ¿Quién regulará su interés en propagar la actividad ilícita? Los días lo dirán…