El panorama de la disposición de residuos en Antioquia, con todas sus complejidades, suma ahora una nueva pérdida. El relleno sanitario El Guacal, ubicado en Heliconia, ya no tiene chance de recuperarse.
La semana pasada, de acuerdo con Corantioquia, se venció el plazo que tenía Evas – Enviambientales S.A. E.S.P para presentar el plan de cierre y clausura del relleno sanitario. Todo porque, hace ya casi un año, el 21 de junio de 2018, el Consejo de Estado emitió un fallo en el que declaraba la nulidad de la licencia ambiental otorgada al proyecto en 2005 y lo dejaba sin posibilidad de operar.
Desde entonces, explicó Liliana Taborda, subdirectora de regionalización de Corantioquia, la autoridad ambiental le solicitó a Evas que enviara los requerimientos necesarios para el plan de clausura y posclausura, con el fin de evitar impactos negativos al ambiente en la ejecución del proceso.
“Sin embargo, la autoridad no ha podido aprobar el plan, puesto que Evas no lo ha entregado”, indicó Taborda, “esta semana venció el plazo y se ha solicitado de manera urgente. Tal vez nos van a pedir una prórroga, y pueden hacerlo, porque quizás estén en la construcción técnica del plan con su respectivo equipo de ingenieros. No lo sabemos, porque tampoco nos ha llegado una solicitud de este tipo”.
Al ser consultados sobre este plan, la Alcaldía de Envigado, vocera de Evas, respondió a través de un cuestionario que “la empresa se encuentra en estudio y valoración financiera de las obligaciones impuestas por Corantioquia. Vamos a informar a la autoridad ambiental el estado de avance de estos estudios”.
Ya no hay interés
A la par que se le otorgó una licencia a Evas, la entidad Emvarias también había recibido, en 2003, un trámite de licenciamiento ambiental en la misma zona.
En su momento Emvarias, al encontrar dos licencias sobre el mismo predio, demandó ante el Tribunal Administrativo de Antioquia para que efectivamente su licencia fuera la única.
El pleito jurídico solo llegó a su fin hasta el año pasado, cuando el Consejo de Estado declaró la nulidad de las resoluciones de Evas, lo que quiere decir que la de Emvarias es la única licencia en pie. Pero, como lo manifestó Santiago González, jefe de disposición final de residuos de Emvarias, el proceso tardó 15 años y ahora las condiciones son otras.
“Cuando Emvarias solicitó la licencia en 2003, El Guacal se tenía visualizado como el sitio de disposición final tras el cierre de la Curva de Rodas”, añadió González, “hoy en día la prioridad de la empresa está sobre Pradera [el relleno sanitario de Donmatías], el que tiene todo el apoyo de nuestra junta directiva y un plan de trabajo enfocado en prolongar su vida útil”.
Así que, ahora, El Guacal ya no representa para Emvarias ninguna importancia estratégica. Entre las razones para ello se encuentran que allí Corantioquia declaró una zona de preservación y, según González, esto es una dificultad para ejecutar el proyecto.
Además, Emvarias identificó que mientras Evas desarrolló en El Guacal sus operaciones hubo resistencia de la comunidad, que no avalaba el relleno sanitario en su totalidad.
Los riesgos también son jurídicos, porque en este momento los lotes sobre los cuales está la licencia ambiental no son propiedad de Emvarias, sino de Evas. Y, concluye González, la vía de acceso es otra de las dificultades, por ser una zona geológica inestable y de pendientes: “Tiene una vía destapada de más de 9 kilómetros, por lo que la flota vehicular sufre un desgaste mayor. En Pradera, mientras tanto, todo está pavimentado”.
El plan de cierre
La Alcaldía de Envigado manifestó que, por el momento, no se tiene pensado un destino específico del lote en el cual se encuentra ubicado el relleno sanitario, pero que el más ideal debe ser el de conservación, apropiado por la autoridad ambiental.
Añadieron, asimismo, que las actividades técnicas ya se cerraron definitivamente y enfatizaron en que, desde octubre de 2015, cesó la actividad de disposición final de residuos sólidos en el vaso norte del relleno por el agotamiento de su vida útil y la no autorización de la modificación de licencia para disposición en el vaso centro.
Todo este proceso le dejó a Evas – Enviambientales otro lío más de cuenta de un litigio con Interaseo, el operador del relleno.
El 10 de diciembre del 2018 se da el fallo en el que se declara, por un lado, el incumplimiento por parte de la empresa del contrato suscrito con el operador y, por el otro, el incumplimiento parcial de Interaseo por no garantizar los estándares de compactación en el manejo de las toneladas de residuos sólidos dispuestas.
El fallo, en ese sentido, ordenó la liquidación del documento firmado en 2008 y condenó a Evas a pagar a manera de indemnización a Interaseo la suma de $2.216 millones (más intereses de $1.052 millones).
Sigue un camino largo para asegurar el plan de clausura y posclausura de El Guacal, como precisó Liliana Taborda. De acuerdo con las normativas vigentes, este plan podría tener una vigencia de hasta 30 años en los cuales Evas debe velar por el monitoreo y control. Vigilar, por ejemplo, que la montaña de residuos no tenga movimientos o no está generando gases.
Así, con la imposibilidad de la empresa de continuar operaciones y el desinterés de Emvarias en establecer allí otro proyecto, el tiempo de El Guacal ha terminado y, consigo, el que pudo haber sido la alternativa de Pradera cuando el relleno en Donmatías alcanzara su tope.
Fuente: El Colombiano