image_content_32654750_20190118220326

Gobierno pone punto final a mesa con Eln

“He ordenado el levantamiento de la suspensión de las órdenes de captura a los 10 miembros del Eln que integraban la delegación de este grupo en Cuba y he revocado la resolución que creaba las condiciones que permitían su permanencia en ese país”, dijo el presidente Iván Duque en la noche de ayer, después de que el fiscal Néstor Humberto Martínez confirmara la autoría de esa insurgencia en el atentado contra la Escuela de Cadetes General Santander.

El mandatario agregó que “esto significa la terminación inmediata de todos los beneficios otorgados a ellos en el pasado por el Estado y la activación de las circulares rojas de la Interpol”.

De este modo, el Gobierno cerró la puerta a la mesa de negociación con esa guerrilla en Cuba, por no encontrar en ese grupo voluntad de paz. En palabras de Duque, “La misma razón por la que en estos meses no consideró ningún espacio de conversación”.

El detonante

Según las investigaciones de la Fiscalía General de la Nación y de la Policía Nacional, el atentado en la Escuela de Policía de Bogotá, que dejó 21 personas muertas y 68 heridas, fue orquestado por el Eln.

El dueño y conductor del vehículo que detonó 80 kilos de pentolita frente al alojamiento de mujeres de ese centro de instrucción policial, José Aldemar Rojas Rodríguez, tenía una relación de vieja data con esa guerrilla.

Este hecho se suma a la negativa del Eln a cumplir los requisitos que el mandatario impuso desde que llegó a la Casa de Nariño: dejar el secuestro, liberar a todos los secuestrados y no delinquir.

Tal como lo dijo el presidente Duque: “durante los 17 meses del proceso de diálogo entre la administración anterior y el Eln, estos criminales ejecutaron 400 acciones terroristas en 13 departamentos, dejando 339 víctimas y más de 100 asesinatos”.

Papa caliente para Cuba
El jefe de Estado agradeció al Gobierno cubano la solidaridad expresada el día del atentado y le pidió “hacer efectivas las capturas de los terroristas que se encuentran en su territorio y entregarlos a las autoridades policiales”.

Por su parte, el internacionalista de la Universidad del Rosario, Mauricio Jaramillo Jassir, explicó que “cuando un país le pide a otro acoger diálogos de paz, quien es generoso es el país que acepta recibirlos, en este caso Colombia está siendo inconsistente, puede que justificadamente. Saltamos de pedirle a los vecinos que nos ayuden a hacer procesos de paz a pedirles que los capturen. La comunidad internacional no tiene por qué atenerse a los vaivenes de la política nacional”.

Sabiendo las implicaciones que esta decisión puede generar en el ámbito internacional, el asunto se discutió con filigrana. El canciller, Carlos Holmes Trujillo; la vicepresidenta, Marta Lucía Ramírez; el ministro de Defensa, Guillermo Botero y el fiscal Martínez, rindieron un informe detallado al cuerpo diplomático acreditado en Colombia, sobre las acciones consideradas de terrorismo por parte del Eln, lo que hacía insostenible un diálogo.

¿Se fortaleció la guerrilla?

El Eln era una organización prácticamente agónica en 2010, duros golpes en su contra y el protagonismo de las Farc fueron minando su poder.

Sin embargo, desde el 2013, cuando la guerrilla de las Farc entra a la mesa de negociaciones con el Gobierno de Juan Manuel Santos, el Eln se hizo visible.

“Es un avance lento, en el que ha ido escalando sus actividades violentas, pero inseguro, ya que el Eln sigue contenido en las mismas cinco regiones de siempre y la Fuerza Pública ha logrado repeler todos sus esfuerzos de expansión, por lo que ha optado por esas actividades terroristas que lo único que muestran es su poca capacidad”, explicó Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para Análisis del Conflicto (Cerac).

Pero para establecer si esta es una muestra del fortalecimiento militar del Eln es necesario precisar si el Comando Central (Coce) de esa insurgencia ordenó el atentado, porque esto habla de la jerarquía y coordinación que maneja en realidad esa organización.

Para el fiscal general de la Nación, Néstor Humberto Martínez, es un hecho y hay pruebas para demostrarlo, por eso el ente investigador les imputará cargos a título de determinadores a los miembros del Coce.

Para Restrepo sí hubo planeación, pero no se puede afirmar que haya un control operativo desde la dirección de la insurgencia, lo que “no quiere decir que no haya una responsabilidad del mando, el hecho de que no haya una planeación centralizada no quiere decir que no sean responsables en la ejecución de este atentado”.

No obstante, aunque este atentado haya sido letal y de gran impacto ante la opinión pública, Jeremy McDermott, director de Insight Crime, un centro de estudios del crimen organizado, consideró que no son necesarios muchos recursos para hacer un carro bomba, “ellos han puesto muchas bombas en todo el país, tienen capacidad en Bogotá y experiencia en explosivos, por lo que no es una sorpresa ni un gran salto en su capacidad”.

Restrepo, en cambio, advirtió que sí hay cambios y avances en el modus operandi del Eln.

“Este es uno de los pocos atentados de esta guerrilla en los cuales utiliza un vehículo, lo que muestra que la capacidad de cambiar sus procedimientos siempre va tres o cuatro pasos adelante de las estrategias para contrarrestar que tiene la inteligencia militar y de policía”, mencionó el director del Cerac.

De acuerdo con Kyle Johnson, analista para Colombia de International Crisis Group, a primera vista un ataque como el ocurrido el jueves en Bogotá muestra a una guerrilla con más poder, pero de manera general y sistemática no hay elementos para afirmar que el Eln de enero de 2019 sea más fuerte que el del 2017.

Lo que sí ha ocurrido, según Johnson, es que esa insurgencia ha tenido una estrategia exitosa y es que han priorizado desde el Quinto Congreso, en 2015, la guerra urbana, de ahí la creación del Frente Urbano Nacional. El atentado a la Estación de Policía en Barranquilla, hace casi un año, y ataque a la Escuela de Cadetes.

“Lo que el Eln quiere hacer en las ciudades es realizar ataques de gran calado en lugar de muchos ataques pequeños que es lo que normalmente hace en la zona rural”, argumentó Johnson.

Por lo pronto, al gobierno Duque se le acabó la paciencia. Con el bombazo la posibilidad de negociar quedó a un lado y el mensaje es claro: “Basta ya”.

El presidente Iván Duque ordenó reactivar las órdenes de captura contra los miembros de la delegación de paz del Eln, y pidió a Cuba que los entregue a la policía colombiana.

Fuente: El Colombiano