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El reto de cerrar la segunda compuerta de Hidroituango

Fueron 29 minutos y 34 segundos con los nervios de punta. La atención del país se situó ayer a 40 metros de profundidad en Hidroituango, mientras descendía la compuerta del túnel dos de captación hacia casa de máquinas, uno de los hitos necesarios para recuperar el proyecto hidroeléctrico.

Esa compuerta de acero de 85 toneladas (el peso promedio de 14 elefantes), mide 4,7 metros de ancho por 7,30 metros de alto y tiene un espesor de 80 centímetros.

Después de chequear 200 variables, durante las 48 horas previas, se activó el motor que permitió, de forma controlada, el descenso de la estructura en razón de un metro por cada 3,45 minutos, en promedio.

El proceso comenzó a las 6:30 a.m. Avanzó con celeridad durante ocho minutos hasta alcanzar el 62 % de ejecución, momento en el cual se frenó de manera controlada. Incluso a las 6:50 a.m. la compuerta retrocedió 5 %. Tres minutos después el contador se movió, la respiración contenida zafó y la estructura retomó el movimiento hasta concluir el 47 % restante, a las 6:59 a.m.

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El gerente de EPM, Jorge Londoño De la Cuesta, explicó que dicha pausa se hizo esperando que el sistema se estabilizara en el momento en que empezaba a ingresar más aire al túnel. Indicó que las vibraciones durante la maniobra fueron mínimas y que la compuerta no le exigió mucho al macizo rocoso.

El caudal se fue estabilizando con el paso de los minutos. Antes de la maniobra estaba en 738 metros cúbicos por segundo (m3/seg.) y al final de la tarde se situó en 450 m3/seg.

Al interior de la inundada casa de máquinas también bajó el nivel de agua, al menos cinco metros entre las cotas 239 y 234 metros sobre el nivel del mar. Esto quiere decir que el peso de la montaña, antes soportado por el agua, fue reemplazado por aire, lo que se traduce en señal de estabilidad del techo de la caverna.

Trabajo de héroes

A las 2:00 a.m. de ayer terminó el último turno laboral en el proyecto. Las cuadrillas fueron evacuadas por prevención.
La responsabilidad del cierre de la compuerta recayó en un equipo integrado por cinco ingenieros y dos operarios, encargados de accionar el motor que bajaría la compuerta.

El grupo se ubicó en el pozo de compuertas de aducción número dos y desde allí ejecutó la maniobra. En el equipo estaban dos operarios con más de 20 años de experiencia en funcionamiento de otras centrales de EPM; un mecánico y un eléctrico, como equipo de soporte; y dos personas encargadas de accionar una grúa si la compuerta perdía la alineación. En la parte externa, los guiaba Gustavo Caballero, coordinador técnico de la maniobra.

La Fuerza Aérea Colombiana dispuso de un helicóptero Black Hawk, el “Ángel” del Comando Aéreo de Combate No. 5, dotado con equipos especiales para la búsqueda y rescate de las siete personas que permanecieron en Hidroituango, de presentarse alguna emergencia.

Al final solo fue utilizado para traerlos de vuelta al campamento Tacuí de EPM, donde fueron recibidos con aplausos, gritos de júbilo y bombas verdes y blancas. Todas las voces coreaban: “sí se puede”.

A la cabeza del equipo estuvo William Giraldo Jiménez, vicepresidente de proyectos de Generación de Energía de EPM.

“Somos la representación de tantos que hemos luchado por este proyecto desde hace muchos años. Nosotros solo apretamos el botón de lo que venimos preparando desde que corrió el agua por casa de máquinas. Hemos dado un paso pequeño, falta mucho, pero vamos por buen camino”, dijo Giraldo.

“Tuvimos siempre certeza de lo que se estaba haciendo, eso nos dio tranquilidad. Vienen pasos duros”, añadió.

“Enfrentamos dificultades en la maniobra, tomamos decisiones sobre la marcha y gracias a Dios logramos llevar la compuerta a su punto. Hubo meses de trabajo y de esfuerzo. Es un orgullo para nosotros”, concluyó.

A Giraldo lo acompañaron Bladimir Suárez Agudelo, Jorge Iván Arrubla Gómez, José David Vera Rodríguez y Alberto Álvarez Ramírez, todos de EPM. Por la interventoría estuvo Byron Suárez y por la firma ATB, Francisco Mosquera (Ver recuadro La unión hace la fuerza una vez más).

“Arriesgaron la vida para sacar adelante el proyecto”, resaltó el gerente Londoño. “Dejaron huella, son ahora un símbolo de esta obra”, añadió el alcalde Federico Gutiérrez.

Reporte de estabilidad

Londoño De la Cuesta dijo horas después del cierre de la compuerta que las mediciones realizadas al interior del macizo rocoso y en el exterior fueron de normalidad, incluso, con una disminución favorable en los indicadores que emiten los sismógrafos debido al menor ingreso de agua a las cavernas. “Las reducciones han sido de hasta 80 %”, indicó. Precisó que, tras el cierre, el embalse subió 20 centímetros por hora.

“El procedimiento no generó consecuencias en el sistema, seguiremos haciendo una revisión minuciosa de las variables técnicas durante 48 horas. Estimamos que en marzo tendríamos el control completo”, añadió Londoño.

Del total de las inversiones por $3,2 billones que hará EPM en 2019, $1,1 billones será para recuperar la casa de máquinas y continuar el proyecto hidroeléctrico que ayer dio un paso hacia su estabilización.

El Colombiano