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Economía sigue sufriendo por derrumbe en vía al suroeste antioqueño

En los 400 metros de vía que quedaron destrozados por un deslizamiento y que ocasionaron el represamiento de la quebrada Sinifaná, en jurisdicción del municipio de Titiribí, las rocas y la tierra no han parado de caer desde lo alto de la montaña.

Las obras de la doble calzada Pacífico 1 y la carretera vieja que sirve al Suroeste quedaron a la deriva. Por ahora, las autoridades competentes ni siquiera saben la magnitud del contratiempo ni cuánto tardará en restablecerse este corredor vial que tiene afectada a toda la subregión.

EL COLOMBIANO recorrió una de las rutas alternativas, planteada por la concesionaria de los trabajos, Covipacífico, para conocer su estado. Lo cierto es que esta vía no tiene las condiciones para el tránsito de buses intermunicipales, por lo cual los transportadores también se sienten en peligro.

Por otro lado, entre los kilómetros 60 (donde está el derrumbe) y 80 de la carretera entre Titiribí y el corregimiento de Bolombolo (Venecia), pudimos comprobar la inestabilidad del terreno: existían cuatro pequeños aludes y uno más en el sector Sinaí, lo que obligaba al tránsito por un solo carril.

¿Qué dice la concesionaria?

La carretera desapareció por causa de 300.000 metros cúbicos de tierra, el contenido de 20.000 volquetas, que cayeron el pasado martes represando la quebrada Sinifaná.

Rubén Darío Reyes Contreras, director de Operación Vial de Covipacífico, explicó que aún continúan evaluando el impacto real, por lo cual no se puede dar una fecha hasta que la montaña no termine de estabilizarse.

“No estamos haciendo trabajos porque siguen las lluvias y la cara expuesta del talud está desprendiéndose. Solo monitoreamos la cuenca, vemos cómo el cauce sobrepasa el material que cayó, y estamos en permanente contacto con la comunidad aguas abajo para notificarles en caso de que sea necesaria la evacuación”, expresó.

En la zona se instaló un Puesto de Mando Unificado, integrado por los organismos de socorro, y durante nuestro recorrido varios contratistas e ingenieros observaban el comportamiento del derrumbe en el lugar afectado.

Lo que sí pidió la Gobernación, a través de su secretario de Infraestructura Gilberto Quintero, es que las rutas planteadas como alternas deben ser mantenidas en buen estado por Covipacífico, y en el caso de la vía Camilo C – Venecia – Bolombolo, no se permitirá el paso de vehículos de más de 28 toneladas.

Hay crisis, dice la comunidad

La carretera antes mencionada implica como mínimo dos horas más de viaje, reveló Daniel Restrepo, conductor de un bus intermunicipal.

“Nos sentimos abandonados y transitando por una vía estrecha (6 metros) y peligrosa porque está en pésimo estado. Los transportadores debemos asumir la carga operacional porque ahora nos gastamos más tiempo, más combustible, y con menos pasajeros porque muchos se desanimaron incluso desde antes, cuando comenzó el cierre programado de 9:00 a.m. a 5:00 p.m. entre semana por las obras de la doble calzada”, indicó.

En otra ruta, la de La Pintada, Restrepo explicó que la situación es peor porque en cada pare y siga por trabajos viales se pueden demorar hasta 40 minutos, y hay al menos cinco de estos puntos.

Las empresas de transporte, por lo pronto, mantienen sin variación el costo de los pasajes; sin embargo, si la situación continúa así de crítica, han pensado en parar sus actividades.

En Bolombolo, María Elena Sierra, teme que la caída del comercio la obligue a hacer un recorte de personal y despedir a parte de las 22 trabajadoras, cabezas de familia, de su restaurante.

Su local, en hora de almuerzo, atendía hasta 70 personas y desde el cierre por horas comenzó a bajar la cantidad hasta esta semana, pues luego del derrumbe no llegan ni a 10 consumidores.

En el sector de La Albania de Titiribí, Valentín Velásquez despachó a su casa a cuatro empleados del restaurante. Confesó que es mejor cerrar que pasar horas de soledad viendo que no llega nadie.

Margarita Marín, quien trabaja en la misma zona, expresó que ni siquiera saben cuánto tiempo va a durar la situación, pero también sospecha que su empleadora la va a enviar a la casa porque no tiene con qué pagarle.

Fuente: El Colombiano