Los recursos que dejaría Anglo Gold Ashanti permitirían doblar el presupuesto de libre inversión en Jericó, o al menos eso es lo que promete la empresa que quiere explotar en este municipio una mina de metales. Sin embargo, el alcalde local Jorge Pérez Hernández, del Partido Conservador, manifestó que no todo se resuelve con dinero. El debate está servido. Pero, ¿cómo se sustenta hoy la economía de este territorio?
La Secretaría de Competitividad y Productividad de Antioquia reveló que la vocación del territorio se puede observar con base en los sectores que generan empleos formales. De esta manera, indicó, los dos campos que más aportan en este ámbito son la agricultura, con un 35 %, y el comercio, con un 11,2 %.
En las montañas de este pueblo del suroeste se extienden cultivos de aguacate, gulupa (fruta), cítricos y café.
El comercio está compuesto por la hotelería, los restaurantes, marroquinerías (por los famosos carrieles) y talleres artesanales que son la base del turismo convencional y religioso que llega a Jericó.
Estas actividades, según el alcalde Pérez, aunque no sitúan al municipio como uno de los más ricos del departamento, permitieron un crecimiento del 130 % en empleos formales los últimos tres años.
Por su parte, el concejal del Partido de la U Carlos Arturo Londoño señaló que la buena situación de Jericó, sin la minería, se aprecia en el presupuesto: en 2018 el Concejo aprobó fondos cercanos a los $12.500 millones, que a finales de ese año, con las adiciones, llegó a $19.000 millones.
En el informe publicado el pasado 13 de mayo, Anglo Gold Ashanti dijo que prometía aumentar los recursos, pues pagaría de 67 a 84 millones de dólares en impuesto de renta al año y de 200 a 300 mil dólares anuales de predial. Además, propone construir una catedral subterránea en honor a la santa Madre Laura.
Actualmente el proyecto emplea a 220 personas. Si obtiene la licencia ambiental de explotación generaría cerca de 2.200 empleos en su construcción y, en fase operativa, hasta 700 personas trabajarían en la mina.
Riqueza de la tierra
La agricultura es el principal renglón de la economía local. El alcalde Pérez expresó que así ha sido históricamente y muchos cultivos son de exportación (aguacate y gulupa). Los cafetales, indicó, aunque solo ocupan el 9 % de lo sembrado, también son tradición y por ello hay más de 40 marcas de cafés especiales de altura.
De acuerdo con cifras del Comité de Cafeteros de Antioquia, Jericó cuenta con 856 caficultores de los 32.491 que tiene el Suroeste, y tiene 1.417 hectáreas de las 72.770 que hay del cultivo en la subregión
Otros municipios cercanos tienen cafetales hasta en un 40 % de su jurisdicción; no obstante, Pérez dijo que este sector genera empleo a más de 1.000 familias, entre los dueños y los trabajadores.
El concejal Londoño expresó que el pueblo “nunca ha sido minero, vivimos de la tierra, somos agrícolas y así queremos mantenernos”.
En contraparte, Juan Manuel Valdés, secretario de Competitividad y Productividad departamental, manifestó que tampoco se trata de satanizar la minería legal.
“No es que la mina sea el coco, porque si se miran las cifras, lo que va a recibir el Municipio por usufructo supera con creces lo que es el presupuesto muncipal. Eso puede ser invertido en el desarrollo del pueblo”, dijo.
Un imán del turismo
Jericó hace parte de la red de Pueblos Patrimonio de Colombia; es decir que por sus características, por su arquitectura, cuenta con la declaratoria de Bien de Interés Cultural de Carácter Nacional del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo.
A este grupo pertenecen 17 municipios, de los cuales, tres son antioqueños: Jardín, Santa Fe de Antioquia y Jericó.
El secretario Valdés destacó que este último ocupó en 2018 el puesto 11 en el índice de competitividad turística del país, según Cotelco.
“Los visitantes mueven la economía de Jericó. Son la verdadera mina y el potencial en este campo es alto, por eso debemos fortalecer este sector”, anotó el concejal Londoño.
El avistamiento de aves, el turismo de aventura y la identidad religiosa del pueblo debido a su relación histórica con la santa Madre Laura, hacen de Jericó un atractivo que, por ejemplo, en la pasada Semana Santa recibió 5.000 personas, 1.000 más que en 2018.
El secretario Valdés agregó que, incluso en meses fríos, llegan alrededor de 700 turistas. Para atender la demanda, señaló el funcionario, hay 84 establecimientos registrados legalmente, entre hotelería y agencias de viaje.
Fernando Palacio Tobón, propietario del hotel Atenas, manifestó que gran parte de la población vive de los visitantes. En temporada alta la ocupación de su establecimiento no baja del 90 % y cada fin de semana recibe hasta 50 huéspedes.
“Los que llegan impulsan todo el comercio: hospedaje, restaurantes, compra de artesanías, etc. Es una cadena. Asusta pensar que la minería, que muchos consideramos innecesaria, nos espante el turismo”, concluyó.
Fuente: El Colombiano