A solo dos días de terminar el estado de prevención ambiental por acumulación nociva de contaminantes, de nuevo las estaciones de medición reportaron niveles dañinos para la salud, según el reporte del Sistema de Alertas Tempranas del Valle de Aburrá (Siata).
Al cierre de esta edición, de los 20 puntos de monitoreo de referencia poblacional, los cuales se tienen en cuenta dentro del Plan Operacional para Enfrentar Episodios Críticos de Contaminación Atmosférica (Poeca), 17 estaban en color naranja (nivel dañino para niños, adultos mayores, embarazadas y personas con enfermedades respiratorias).
Las otras tres marcaron en amarillo (condición moderado). Incluso una de la estaciones de medición de tráfico —la ubicada en el Centro de Medellín— subió a color rojo (un ambiente dañino para toda la población).
Un mes complejo
Marzo está siendo un periodo difícil debido a las condiciones meteorológicas que presenta la región. Desde febrero el Amva advirtió que las primeras semanas de este mes serían adversas porque la transición de tiempo seco a lluvioso no permitiría que los contaminantes se dispersen.
Eugenio Prieto, director de la entidad, le dijo a principios de marzo a EL COLOMBIANO que si no había mejoría en la calidad del aire a la llegada del día 30, cuando termina el estado de prevención, cabe la posibilidad de extender esta fase por una semana más.
No obstante, el Amva expresó ayer que esperarían a los cortes de las 6:00 p.m. y evaluarían el comportamiento de las estaciones del Siata en un rango entre 24 y 48 horas.
Este mes por la contaminación se han tenido que decretar dos estados de alerta para evitar problemas de salud causados por el deterioro del ambiente: el primero los días 6, 7 y 8, el segundo los días 18, 19 y 20.
En redes sociales varios usuarios preguntaban por qué algunos radares de calidad del aire ciudadanos registran niveles más altos que los del Siata. El colectivo local Unloquer, que creó sus propios sensores, explicó que se debe a niveles distintos de calibración pero ilustró sobre el fenómeno que vive el Aburrá.
“Las condiciones atmosféricas de esta época del año (octubre también) permiten evidenciar en corto plazo la acumulación de altas concentraciones de material particulado. La nubosidad evita radiación solar directa sobre el valle, el mecanismo más eficaz para evacuar la mugre”, explicó.
¿Sirven las medidas?
“Lo que debemos hacer es reducir emisiones, pero solo estamos implementando controles en los periodos de contingencia (marzo y octubre), como el pico y placa extendido, y son solo paños de agua tibia para una enfermedad”, expresó Carmen Elena Zapata, directora del Laboratorio Calaire de la Universidad Nacional.
Agregó que la restricción vehicular es una ayuda porque las fuentes móviles aportan el 79 % de las emisiones, pero no debe ser la única solución.
Zapata recomendó limitar el tránsito de vehículos de carga en algunas zonas urbanas, crear estaciones de transferencia para la mercancía, condicionar la venta de un nuevo automotor a la salida de uno viejo, o que las escuelas adiestren mejores conductores porque la mala conducción genera más combustión de gasolina y por ende más emisiones.
Alejandro Álvarez, coordinador del área de Cultura Ambiental del Núcleo de Formación Institucional de Eafit, señaló que se debe transformar de manera integral la movilidad en la región y no construir más vías.
“Debemos agilizar medidas estructurales, las bajas emisiones que se consiguen durante el estado de alerta por las restricciones de las autoridades deberían ser permanentes durante todo el año”, dijo.
Que a la gente no se le termine la acera, promover el uso de la bicicleta, son algunas de las estrategias que, según Álvarez, ayudarían a combatir el “abuso del vehículo particular”.
Tanto Álvarez como Zapata coincidieron en que la solidaridad de cada ciudadano es vital: no burlando el pico y placa al salir más temprano o usando varios carros en una misma familia. Las empresas, indicaron, también juegan un papel importante con iniciativas como el teletrabajo o los colectivos para empleados.
Fuente: El Colombiano