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Antioquia: blanco de todos en la guerra

Una de cada tres muertes en el conflicto armado colombiano se produjo en Antioquia y esa sola cifra ya habla de la inmensa proporción en la que este departamento sufrió la guerra.

Pero no solo fueron las muertes. En todos los delitos asociados con el conflicto los paisas tienen el récord. Basta mirar los mapas trazados recientemente por el Observatorio de Memoria y Conflicto, del Centro Nacional de Memoria Histórica, para desentrañar los horrores que tuvieron que vivirse desde 1958 en estas tierras (ver infografía).

Nadie duda de lo estratégico de esta región para los actores armados. El coronel (r) Jhon Marulanda, analista internacional en seguridad y defensa, explicó que la geografía de Antioquia comunica el oriente de Colombia (los santanderes y la frontera con Venezuela) con el Pacífico y Panamá; y al sur del país con el Caribe. “Todas las rutas para atravesar a Colombia de lado a lado pasan por esta zona, lo que permite el movimiento de mercancías, gente y drogas”.

Pero también habló de la riqueza: “este departamento tiene todo lo que no tienen otros: minería, agricultura, ganadería, industria, lo que lo hace un blanco para ilegales”.

De acuerdo con Germán Sahid, experto en conflicto armado, la presencia de la gran industria en Antioquia y todo lo que significaba para el PIB del país, atrajo la lucha insurgente que iba en contra de los valores del capitalismo, y por ende, como era valioso, llegó la contrainsurgencia con el fin de protegerla a todo costo.

“Si la guerrilla caía a Antioquia eso sí era preocupante, a diferencia de si lo hacía en Guianía o Guaviare. Hay mayor capacidad de dimensión del poder en Antioquia que en otras partes del país”, explicó.

Todos contra todos

Jorge Giraldo, decano de Humanidades de la Universidad Eafit, recordó que cuando hizo el informe para la comisión histórica del conflicto y sus víctimas Política y guerra sin compasión, pedido por el Gobierno Nacional durante el proceso de paz con las Farc, también evidenció la crudeza que sufrió el departamento. “Dependiendo de cada tipo de victimización entre uno de cada tres y una de cada cuatro de las víctimas vivían en Antioquia”, afirmó.

Es tal la magnitud, que en los cálculos que hizo Giraldo, basado en el Registro Único de Víctimas, sin contar desplazamiento ni amenazas, Antioquia produjo el 27 % de los afectados, el segundo departamento era Cauca con 7 %, la diferencia entre los dos es de cuatro a uno. “Cualquiera que sea la modalidad de victimización que se tome, Antioquia ha ocupado siempre el primer lugar, con dos o tres veces más víctimas que el departamento que le sigue”.

Para el académico, la explicación más evidente es que en Antioquia se concentraron todos los bandos en conflicto: hubo presencia muy importante de las cuatro guerrillas grandes (Eln, Farc, Epl y M-19) y de las organizaciones paramilitares; pero más que la presencia, fue el enfrentamiento entre ellas lo que causó tantas víctimas, algo que no fue común en el resto del país.

Esos conflictos no eran solo entre guerrillas y paramilitares con la Fuerza Pública, Antioquia fue escenario de luchas entre el Bloque Metro y el Cacique Nutibara, entre el Eln y las Farc, las Farc y el Epl.

Y para nadie es un secreto que la expresión más violenta del narcotráfico nació en el Valle de Aburrá, con el Cartel de Medellín, que, según Sahid, facilitó también la convergencia, ya que en ciertas regiones trabajó de la mano de la guerrilla y en otras de los paramilitares.

Dijo Jorge Mario Alzate, director de la Unidad para las Víctimas en Antioquia, que en esta región se facilitaron todas las economías ilegales: minería, cultivos de uso ilícito, trata de personas, extorsión, lo que hizo que los ilegales siempre tuvieran flujo de caja para sostener su “gobernabilidad” en los territorios que dominaban.

Para Marulanda, esta es un poco la muestra, desde lo negativo, por supuesto, del carácter paisa: “en todo se busca la excelencia, hasta para la guerra”.

FUENTE EL COLOMBIANO