Hasta hace dos años, en Medellín pocos sabían quién era Daniel Quintero Calle. Los viceministerios de Tecnologías de la Información y de Economía Digital, que ocupó durante la presidencia de Juan Manuel Santos, no eran cargos de particular notoriedad. Sin embargo, anoche, por una diferencia de 68.315 votos sobre su contrincante, Alfredo Ramos Maya, no solo fue elegido como nuevo mandatario de los medellinenses, sino que se convirtió además en el alcalde más votado en la historia de la ciudad, con un total de 303.420 electores.
Las críticas a la administración del saliente alcalde Federico Gutiérrez y específicamente al manejo que tanto el municipio como la Gobernación de Antioquia y EPM dieron a la crisis del proyecto Hidroituango empezaron a poner su nombre en el panorama local. Mientras un sector lo tildó de oportunista, otro respaldó sus denuncias públicas sobre la presunta corrupción dentro de Empresas Públicas de Medellín (EPM).
Sus inicios en la política podrían describirse como camaleónicos: de su aspiración al Concejo en 2007 por el Partido Conservador, saltó a izar las banderas de la Alianza Verde en 2012. Luego creó el Partido del Tomate, movimiento que definía como una crítica a la política tradicional, pero no prosperó y Daniel se unió a las toldas liberales, por las que se lanzó sin éxito a la Cámara de Representantes en 2014, para luego terminar uniéndose al santismo durante la más reciente etapa de su trayectoria.
Sin partido
Ese dinamismo también le ha valido críticas, que no fueron suficientes para hacer mella en su aspiración a la Alcaldía.
Su camino empezó en febrero, cuando pese a los esfuerzos del representante a la Cámara por el Partido Verde, León Fredy Muñoz, para darle el aval, Quintero declinó la invitación a participar en el mecanismo interno, que terminó por perfilar a Beatriz Rave como la candidata verde.
En ese entonces, Quintero aseguró que no tenía claro si iba a aspirar a la Alcaldía, pero también conversó con Jesús Ramírez, precandidato del Mais que terminó por declinar su aspiración.
Sin acuerdo con los verdes ni con el Mais, también hubo coqueteos con el Polo, pero “él nunca formalizó un diálogo con el partido”, expresó el candidato por esa colectividad, Víctor Correa.
Quintero parecía dudar, pero sus ideas se aclararon en mayo, cuando inscribió el grupo significativo de ciudadanos “Independientes”, con el fin de recoger firmas e impulsar una candidatura que, según sus palabras, “no tuviera jefes políticos ni compromisos”.
Y esa fue su lucha en adelante. Durante la campaña enfrentó señalamientos. Álvaro Uribe, por ejemplo, publicó el 11 de septiembre un mensaje en Twitter en el que relacionaba a Quintero con el líder de Colombia Humana, el senador Gustavo Petro.
“Como ciudadano tengo derecho a expresar mi preocupación de que Medellín quede gobernada por un patrocinado del doctor Petro”, a quién además vinculó al “conocido el atraso de Bogotá”, escribió Uribe en su perfil de la red social.
Pero Quintero fue enfático en desmentirlo y como respuesta, no solo bloqueó a Uribe en Twitter, sino también a Petro, para “que no sigan interfiriendo en la campaña. No dejaré que la polarización haga que las propuestas y las ideas para Medellín pasen a un segundo plano”, dijo el 23 de septiembre.
No obstante, en el último tramo de la contienda aparecieron pendones y pasacalles en las vías de la ciudad, con la fotografía de Gustavo Petro y la leyenda “Daniel Quintero, alcalde”.
Y así, entre rechazos a partidos y movimientos avanzó su proyecto, que si bien no sumó avales, sí recibió apoyos destacados. Quizás el más importante, el más definitivo, fue el del médico cirujano y político, Luis Bernardo Vélez Montoya.
Su propia lista
Vélez empezó su carrera política en el movimiento Compromiso Ciudadano, del fajardismo. Fue concejal de Medellín por tres períodos y apoyó a Federico Gutiérrez en la campaña a la alcaldía de 2015, para luego convertirse en su secretario de Inclusión Social, Familia y Derechos Humanos.
Pero el 25 de julio de 2018 renunció al gabinete para lanzar su propia precandidatura a la alcaldía, un impulso que le duró hasta el 16 de mayo de este año, cuando confirmó su alianza con Quintero.
A partir de ahí, el exsecretario fue el encargado de darle forma al otro proyecto del hoy alcalde electo: darle visibilidad y forma a una lista propia al Concejo para el movimiento Independientes, con caras nuevas en la política.
Por eso, los 61.526 votos que logró el movimiento (con el 98 % de mesas escrutadas al cierre de esta edición), que le otorgan dos curules, son otro triunfo para el nuevo alcalde y para el mismo Vélez, quien sumó el apoyo de 10.664 votantes, aunque la victoria del Centro Democrático en el concejo podría complicar el panorama para la nueva Administración municipal (ver recuadro).
Líder de opinión
La primera Gran Encuesta de Yanhaas, EL COLOMBIANO y otros medios llegó el 23 de septiembre y despejó el panorama. Ramos se ubicó en primer lugar con el 19 % de intención de voto y Quintero ocupó el segundo puesto, con el 14 %.
Ese manifiesto favoritismo de un sector de la población le valió al hoy alcalde la suma de un apoyo más: el del senador por el Partido Liberal, Iván Darío Agudelo, y con él, el de un sector de militantes de las toldas rojas.
Agudelo fue el único congresista en unirse abiertamente a la campaña del movimiento Independientes, aunque un sector de la dirigencia del liberalismo, liderado por César Gaviria, también le dio su voto de confianza.
“Gobierno de unidad”
Conforme la Registraduría Nacional del Estado Civil fue emitiendo boletines, cientos de personas empezaron a aglomerarse sobre la avenida 80, frente a la sede de campaña de Daniel Quintero. El ambiente era festivo y subía de decibeles cada vez que un vehículo que pasaba por el lugar hacía sonar su claxon en señal de apoyo.
La tendencia estadística fue constante a medida que se fueron escrutando las mesas. Quintero empezó ganando, en segundo lugar se ubicó Alfredo Ramos y el tercer puesto lo ocupó Santiago Gómez, posiciones que concordaron con el resultado final.
Sobre las 7:00 p.m., Quintero llegó a su sede y en medio de un mar de gente que lo esperaba entre aplausos y las notas del himno antioqueño, subió al balcón, donde lo esperaban los integrantes de la lista al concejo por Independientes. Desde allí dedicó sus primeras palabras a los habitantes de la ciudad.
“Hicimos una campaña sin odios, una política sin polarización, una política positiva. Vamos a unir a Medellín, los medellinenses de todos los barrios, de todas las comunas, de todos los corregimientos, han enviado un mensaje claro: es el momento del cambio. Voy a ser el alcalde de todos los medellinenses sin distinciones de ningún tipo”, dijo el nuevo alcalde a manera de cierre de los episodios de campaña negra que pulularon durante la contienda.
Sobre su propuesta y su modelo de ciudad, expresó que “vamos a atender al que sufre, a recuperar lo social, vamos a sanar las heridas que ha dejado la polarización y a llevar esperanza a los que han sido sometidos al miedo” y añadió que “esto es lo que la esperanza puede hacer, vienen tiempos promisorios para Medellín”.
Y para completar su mensaje de unidad, agradeció al saliente alcalde Federico Gutiérrez, afirmando que “los alcaldes construimos sobre lo construido”. En ese mismo orden de ideas, manifestó que está dispuesto a trabajar de la mano con el gobernador electo, Aníbal Gaviria, puesto que “aunque hemos tenido diferencias en el pasado, me comuniqué con él, vamos a trabajar juntos porque el hambre de Antioquia es el hambre de Medellín”.
También envió un mensaje a los jóvenes, a quienes aseguró que “voy a dar mi vida para que ningún medellinense se quede sin acceder a la educación superior” y enfatizó en que la lucha por la infancia también será su bandera: “No queremos que haya en esta ciudad ni un niño más, que sea vulnerado”.
Finalmente, el alcalde electo sostuvo que desde hoy mismo trabajará en el empalme con la saliente administración y que su primer paso será pensar en la construcción de un gabinete “que garantice la representación y la unidad de los ciudadanos”.
Fuente: El Colombiano